11 de noviembre de 2010

PSIQUIATRAS Y PSICÓLOGOS

Por Beatriz de Busto

"Muéstreme un Ser Humano sano y yo lo curaré para usted" (Carl Jung).



Hasta hace unos 20 años, en España, la gente corriente casi no conocía la figura del psicólogo, y la del psiquiatra se asociaba directamente a la locura. Pero, ¿ en qué se diferencian?.
El psiquiatra cursa la licenciatura de Medicina y, posteriormente, se especializa en Psiquiatría. Básicamente trata a los pacientes con ayuda de fármacos, aunque muchos psiquiatras también tienen formación en psicoterapia.
El psicólogo cursa la licenciatura en Psicología y la especialización en Psicología Clínica lo capacita para aplicar técnicas psicológicas o psicoterapias a sus clientes. Estas psicoterapias pueden ser de orientación psicoanalítica, conductual, cognitiva, sistémica, etc. El psicólogo nunca receta medicación, ya que no es médico.



Sigue existiendo un porcentaje de población, sobre todo de gente mayor, que continúa teniendo reticencias a la  hora de acudir al psiquiatra pero, por suerte, las personas más jóvenes ya no dudan en ir a éste, o al psicólogo, cuando se dan cuenta de que tienen algún problema que les perturba anímicamente.
Es cierto que la psiquiatría trata problemas mentales muy serios, como la esquizofrenia, la paranoia, etc, pero, también colabora en la curación de problemas que podríamos llamar "de personalidad" o trastornos psicológicos, como la depresión, la ansiedad generalizada, las fobias o determinados traumas.
Cualquiera que padezca o haya padecido alguno de estos trastornos sabe bien que suelen cursar con síntomas físicos y mentales bastante incapacitantes: crisis de angustia, trastornos en la libido, tristeza desmedida, ideas derrotistas, baja autoestima, mareos, dificultad para respirar, probemas gástricos, somnolencia o insomnio y un largo etc.
En estos casos, y para comenzar, el psiquiatra suele ser indispensable. Digamos que hace una 1ª terapia de urgencia: por medio de los fármacos consigue mitigar todos estos síntomas que ni siquiera permiten al paciente pensar ni actuar con claridad.
Pero, no existe la "pastilla mágica" que hace desaparecer los conflictos y miedos y, lo cierto, es que la mayoría de las depresiones y ansiedades se deben a eso: a conflictos, complejos y miedos no resueltos.
Hay muchas personas que mejoran sus síntomas con la medicación pero, muy pocas que verdaderamente resuelven sus problemas sólo mediante la química y aquí juega su papel el psicólogo: el encargado de hacer ver a la persona qué le ocurre, por qué y, sobre todo, cómo enfrentarlo y resolverlo.
Ir a un profesional, al otro o a los dos es algo que suele decidir la propia persona en función de la intensidad de sus síntomas.
Hay personas que deciden ir, en primer lugar, al psiquiatra, porque se notan bastante afectadas mental y físicamente y, cuando han conseguido cierta mejoría mediante los fármacos, ya se sienten preparadas para recibir terapia con el psicólogo. Otras acuden directamente a este último, porque su sensación de depresión o ansiedad no es demasiado intensa y sus síntomas mentales y físicos son llevaderos.

Estoy convencida de que si la figura del psiquiatra y, sobre todo la del psicólogo ,estuviesen tan normalizadas como la del médico de cabecera otro gallo nos cantaría porque, en realidad, hay muy pocas personas que no tengan , o hayan tenido, algún problema de personalidad que les afecta en su día a día y no les deja hacer la vida plena que quisieran.

¿ Por qué tantas reticencias a la hora de acudir al psicólogo?.
1.- La gente tiende a fiarse de los médicos (psiquiatras) pero, no de los psicólogos, sin darse cuenta de que la Psicología es, igualmente, una licenciatura universitaria, dura y delicada, sólo que con técnicas distintas para tratar al paciente.
2.- Por motivos históricos (que veremos en otros artículos) la Medicina avanzó más rápido que la Psicología y, por tanto, esta última y sus posibilidades son mucho menos conocidas.
3.- La confusión de la persona ante tantas escuelas y tendencias. ¿Qué tipo de enfoque he de elegir ante mi problema?: ¿psicoanalítico?, ¿conductual-cognitivo?, ¿gestáltico?, ¿sistémico?...
Hay que reconocer que no todos los enfoques  ni técnicas son igual de efectivos según qué problemas, y que muchas veces es necesario combinar lo mejor de cada escuela para obtener buenos resultados. Creo que un buen psicólogo, aunque tenga una tendencia determinada, no cierra puertas a nada , está puesto al día sobre las técnicas más eficaces de otras escuelas y las combina y aplica según el problema y la personalidad del cliente.
Como decía en la presentación el principal objetivo de este blog es el intercambio de ideas y conocimientos, precisamente, para podernos aclarar a los participantes y a quien nos lea en qué se basa cada enfoque y cuáles son las técnicas que utiliza.
4.- El miedo a que el psicólogo nos juzgue.
Es cierto que las primeras sesiones con un psicólogo imponen. Racionalmente sabemos que está preparado para oir cualquier cosa, hasta lo que nos parecen nuestras mayores aberraciones y miserias; se ha preparado para ello. Digamos que ve como normales y humanos cualquier conducta y pensamiento  y que sólo los va a juzgar como ajustados o no, convenientes o no para nuestro bienestar. Pero, la verdad es que en los primeros encuentros con él uno tiene la sensación de estar revelando lo más profundo de sí mismo, lo más "vergonzoso" a un total desconocido, y este miedo sólo se va con el tiempo y con una buena interacción psicólogo-cliente.
5.- El tema económico y la organización del Sistema.
En España el psicólogo sigue siendo para personas con recursos económicos.
Es cierto que si uno va al psiquiatra de la S.Social, se queja mucho de cómo se encuentra  y éste lo considera conveniente, le prescribirá unas sesiones con el psicólogo. Pero, después de haber "convencido" al psiquiatra nos encontraremos con otro problema, si cabe mayor, y sin ánimo de ofender: los grandes psicólogos, los buenos de verdad, suelen trabajar por privado porque saben que lo podrán hacer con más libertad en sus enfoques y técnicas, dedicando el tiempo que sea necesario para cada persona y ganando mucho más dinero.
Si uno  va al psicólogo de la S.Social probablemente se encontrará a una persona con mucha y muy buena voluntad  pero,  que le atenderá una vez al mes porque el servicio está colapsado (con lo que la terapia no le servirá de gran cosa); por otro lado, y al ser gratuíto, uno tiene que aceptar al psicólogo que le asignan, le guste su enfoque o no y empatice con él o no. Así que es mucho mejor acudir al psicólogo que uno elige por privado que, como es normal y para que haya resultados,  querrá hacer una sesión semanal, lo cual viene costando 250-300 euros/mes. Y he aquí el gran problema: casi nadie se puede permitir el gastar esta cantidad mensual.

Un buen amigo mío está convencido de que esto es una confabulación, y siempre dice: "lo que no quieren es que nos desdeprimamos para que todo nos siga dando igual". ¡Y va a tener razón!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario